25 de febrero de 2020

EL TIEMPO PASA Y NO PUEDO DETENERLO

Los años pasan y ya no soy la misma. Sí, sigo teniendo el mismo apetito y igual de burra, pero mi cuerpo ya no responde como lo hacía antaño.

Llevo unos días que necesito ayuda para poder subir al coche para ir de paseo. Antes, sin esfuerzo alguno, y de un brinco me subia a él y ahora no me atrevo, mis patas traseras no son lo que eran.

Mi amiga y compañera Queti tiene la carita blanca, teñida por el paso del tiempo, aunque ella no achaca ningún problema



Yo estoy bien, aunque no tan ágil. No se me ven los pelitos blancos de abuela, porque yo siempre los he tenido blancos.



Iremos resolviendo los achaques físicos y llevaremos una vejez un poco más tranquila que lo que ha sido mi vida de joven en la que solo quería escaparme a vivir aventuras.

El apetito... ese sigue igual. No lo he perdido

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